domingo, 16 de mayo de 2010

Doppelgänger en Borges


El doppelgänger se refiere a la idea del doble, de la bilocación, al fenómeno en el cual una persona u objeto está ubicado en dos lugares simultáneamente.



"En la literatura anterior al romanticismo el tema del Doble aparece prefigurado en el tema del sosias o de los gemelos, utilizado para lograr un efecto cómico en obras como las comedias sobre Anfitrión de Plauto o Molière o La comedia de las equivocaciones de Shakespeare. También aparece en la mitología: Zeus toma la apariencia de Anfitrión para unirse a Alcmena, y otro tanto hace Uther Pendragon, convirtiéndose en un doble del marido de Igraine para yacer con ésta.

El romanticismo se interesa por el fenómeno del Doble como materialización del lado oscuro y misterioso del ser humano (lo que Jung llamará la Sombra). Mario Praz sugiere que cuando el público llama Frankenstein a la criatura del doctor Frankenstein no está tan equivocado como parece, pues el monstruo es de algún modo un desdoblamiento de su creador.[6] En Los elixires del diablo, de E. T. A. Hoffmann, Medardo, el protagonista, sufre la persecución de un Doble que en ocasiones es corpóreo, pero otras veces parece una parte escindida de la psique del propio Medardo. Es probable que en su estudio de la literatura psiquiátrica de la época (o en sus visitas a manicomios) Hoffmann topara con casos que hoy se catalogarían como esquizofrenia. Su propio estado mental llegó a ser muy confuso durante la redacción de la primera parte de la obra, que tuvo para él un efecto terapéutico.

Robert Louis Stevenson toma de Hoffmann el tema de un bebedizo o pócima (los elixires del diablo en la obra del alemán) que convierte a quien la toma en una versión maligna de sí mismo en El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Hans Christian Andersen propone una versión alegórica del Doble en su relato La sombra: un sabio delega en su sombra ciertas responsabilidades, cada vez mayores; finalmente, se trocan las tornas y la sombra usurpa la personalidad de su antiguo amo.

El relato de Poe William Wilson tiene la originalidad de que en él el Doble no encarna las tendencias malignas del protagonista, sino la voz de su conciencia.

En Rayuela, novela del escritor argentino Julio Cortázar, el protagonista llama irónicamente a un personaje su Doppelgänger debido a una curiosa simetría que se establece entre ellos en varios aspectos de su vida" 1

En Borges, este término, que designa al doble de una persona, se manifiesta como una temática esencial en algunos de sus relatos. Alguno de estos son:

 El Otro
 Borges y Yo
 El Sur
 Veinticinco de agosto, 1983

El doppelgänger en los relatos de Borges, genera confusión en el lector, debido a que lo enfrenta a dos individuos, que son el mismo y que se encuentran en tiempos y lugares diferentes, debiendo distinguir cuál es el "real", cuál es el que realmente escribe o sueña, etcétera.





1 http://es.wikipedia.org/wiki/Doppelganger (mayo, 2010)

Doppelgänger en Borges, a través del símbolo del espejo

Jorge Luis Borges por medio de la significación de los espejos construye su exclusivo mundo literario: innovador, original y propio. Sin embargo, antes de adentrar en el sentido de los espejos en los relatos de Borges debemos señalar el significado de la palabra “espejo”. De acuerdo al Diccionario de Símbolos, de Juan E. Cirlot, el espejo es la "puerta para la disociación", para "pasar al otro lado" y es asimismo "símbolo de los gemelos", por la duplicidad de lo reflejado. Por otro lado, el espejo, también, es símbolo de ambigüedad, es decir, como algo que puede entenderse de varios modos o admitir distintas interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a dudas, incertidumbre o confusión. “Si múltiples e infinitas son las imágenes que podemos tener de los espejos, múltiples e infinitas pueden ser sus significaciones, por eso es que debemos estar preparados para que en cada relato o cuento el sentido que le dé Borges al espejo difiera o cobre un matiz particular”1

En los relatos del excepcional escritor argentino, Jorge Luis Borges, el tema de los espejos ha sido una temática constante, ya sea de forma directa o indirecta, es decir, como la presencia física del objeto espejo o, de modo indirecto, como la proyección del reflejo que este objeto entrega, mostrando así a dos individuos iguales, los que se encuentran en tiempos y/o espacios distintos.

¿Cómo se muestra la temática de los espejos de forma directa e indirecta en autor nombrado?

• El tratamiento directo de los espejos se observa, por ejemplo, en el siguiente fragmento del cuento “Los espejos velados”:

“Yo conocí de chico ese horror de una duplicación o multiplicación espectral de la realidad, pero ante los grandes espejos. Su infalible y continuo funcionamiento, su persecución de mis actos, su pantomima cósmica, eran sobrenaturales entonces, desde que anochecía. Uno de mis insistidos ruegos a Dios y al ángel de mi guarda era el de no soñar con espejos. Yo sé que los vigilaba con inquietud. Temí, unas veces, que empezaran a divergir de la realidad; otras, ver desfigurado en ellos mi rostro por adversidades extrañas” 2

Como se ve, Borges habla directamente del objeto espejo, y manifiesta su temor hacia éste, la inquietud que le provoca su presencia, el horror de la duplicación o multiplicación de la realidad que este objeto genera.

El escritor argentino, no tan solo en este cuento aborda de forma directa la temática de los espejos, sino que también variados poemas de su autoría están dedicados a este singular símbolo. Algunos de ellos son: “Los Espejos”, “Al espejo”, etcétera.

“Al espejo”



¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?
¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?

Eres el otro yo de que habla el griego
y acechas desde siempre. En la tersura
del agua incierta o del cristal que dura
me buscas y es inútil estar ciego.

El hecho de no verte y de saberte
te agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas

que somos y que abarcan nuestra suerte.
Cuando esté muerto, copiarás a otro
y luego a otro, a otro, a otro, a otro…


• El tratamiento indirecto de los espejos se presta para un análisis más exhaustivo y detallado. Este tratamiento se refiere a la duplicidad de vivencias y personajes, de modo simultáneo, en tiempos y lugares diferentes, dándose, en otras palabras, la idea del doble, de la bilocación, del doppelgänger. El doppelgänger se refiere al fenómeno en el cual una persona u objeto está ubicado en dos lugares simultáneamente y se da de forma evidente en cuentos como:

 El Otro
 Borges y Yo
 El Sur
 Veinticinco de agosto, 1983

En cada cuento la forma en la que se manifiesta el doppelgänger se da de un modo diferente. En algunos casos Borges se encuentra consigo mismo, en otros, el personaje protagonista vive dos realidades, se ubica en dos espacios y tiempos diferentes en un mismo instante.


¿Por qué los espejos?

El que los espejos sean una temática recurrente en Borges se debe a un suceso que ocurrió en su infancia. Cuando niño “en su casa había un alto ropero en el que se veía a sí mismo duplicado y hasta triplicado y sentía temor de que esas imágenes no correspondieran con su cuerpo” 3. Esta vivencia le causó un gran temor hacia los espejos que más de adulto se convirtió en una obsesión, incitándolo a enfrentar y desarrollar este motivo en infinidad de cuentos y poemas.


¿Qué suscita en el lector la forma en que Borges utiliza el símbolo del espejo?

• Un desafío a la hora de dilucidar el sentido de la lectura
• Un enigma que debe resolver
• Confusión
• Desconcierto
• Extrañeza

Debido a lo anterior, se entrevé, pues, la importancia de la comprensión del símbolo del espejo por parte del lector. Éste al verse enfrentado a un relato borgeano y comprendiendo de ante mano el doppelgänger que se observa en estos, podrá ordenar las pistas que nos da el narrador para comprender el texto, y saber, por ejemplo, quién es el Borges que realmente escribe, en el caso del cuento “Borges y yo”, en el que encontramos dos Borges.





1 Moreno, Ramón (s/d) Borges a través del espejo. http://www.sololiteratura.com/bor/boratraves.htm
(marzo, 2010)
2 Borges, Jorge Luis (1996) “Los espejos velados”, El hacedor, Alianza Editorial, Madrid. PP. 23 y 24
3 Arroyo, Sergio (2004). Borges a través del espejo.
http://www.geocities.com/sarroyom/argumentos/borges_espejo.html (marzo, 2010)

Veinticinco de agosto, 1983

En el cuento “Veinticinco de agosto, 1983”, publicado en La memoria de Shakespeare, Borges continúa con el doppelgänger, mostrando a dos individuos iguales en tiempos y espacios diferentes, y, a través de este, atrapando al lector desde el inicio, con la turbación del personaje protagonista. Éste, Jorge Luis Borges, al ver su nombre ya escrito, y con tinta fresca, en el libro del hotel, sube rápidamente a la habitación en donde se encuentra su impostor. Al llegar allí, reconoce que quien está ahí es su alter ego, el que es mucho mayor que él, y está a punto de suicidarse. Conversan, y el otro yo le cuenta lo que Borges vivirá más adelante y también acerca de las obras que escribirá. Borges, entusiasmado, le promete que pronto comenzará a escribirlas, sin embargo, su alter ego le señala que todo aquello quedará en lo profundo de su memoria, debajo de la marea de los sueños y que cuando lo escriba, creerá urdir un cuento fantástico. Esto sorprende y plantea interrogantes. En este cuento Borges se enfrenta a otro Borges, mayor en edad y quien está a punto de morir, el cual se encuentra en otra dimensión, espacio y tiempo. Dicho de otro modo, asistimos nuevamente a la idea de la duplicidad del yo, del doppelgänger que genera la duda: ¿qué es específicamente lo real?, ¿qué es lo verdadero?

Borges y yo & El Otro

En el cuento “Borges y yo”, Borges se describe a sí mismo y a otro Borges, cada uno con características diferentes y contradictorias, lo que provoca en el lector confusión y desconcierto: “Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro”1. Al finalizar el relato, el narrador provoca una nueva duda en el lector, debido a que afirma que no sabe cuál de los dos Borges escribió el relato. Claramente en este relato observamos cómo se da la idea del otro, del doble, del doppelgänger.

Existe otro cuento en el encontramos una situación muy similar (el encuentro de Borges consigo mismo). Este cuento es “El Otro”, publicado en el Libro de Arena en 1975. En este texto se presenta a un Borges anciano, de más de setenta años, profesor de la ciudad de Cambridge y a su alter ego, un Borges joven, que se encontraba en Ginebra, sentado en un banco, a unos pasos del Ródano. Ambos sostienen un diálogo, en sueños, acerca del futuro que le espera al Borges joven. Al término del texto, el lector siente una sensación de extrañeza y confusión, porque ¿qué es lo real y qué es lo irreal?, ¿cuál Borges es el que sueña?, ¿cuál Borges es el soñado?.


1 Borges, Jorge Luis (1998), “Borges y yo”, El Hacedor, Alianza Editorial, Madrid P.21

El Sur

En el cuento "El Sur”, escrito en 1944, se muestra la historia de Juan Dahlmann, un hombre que sueña la muerte que desearía tener mientras se halla en un hospital. En este caso, el relato se hace confuso, básicamente, porque es necesario descifrar si la vivencia del enfrentamiento (pelea a cuchillo) en el Sur, es real o producto de la imaginación de Dahlmann: ¿el protagonista se hallaba en el hospital soñando su muerte o estaba efectivamente viviendo aquella pelea?.

La temática de la dualidad espacio-tiempo y del individuo duplicado, o de la bilocación o doppelgänger, se refleja claramente en el siguiente fragmento del cuento mencionado: “Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres.”1






1 Borges, Jorge Luis (2005), “El Sur”, Ficciones, La Nación, Argentina, P. 268